Cerré mis ojos y la brisa del viento me mecía
Y dulcemente, al oído me decía:
Hoy te propongo una nueva aventura
Recorreremos el mundo juntos
y contemplaremos la hermosura de todos sus puntos.
Fue entonces que conocí el viento zonda
haciéndome sentir primero frío
y luego sus cálidas ondas.
Nuestra aventura siguió y nos llevó a las costas de Asia
donde la brisa marina nos invitaba hacia las playas.
Luego vino una brisa terrestre
y nos invitó a disfrutar su paisaje campestre.
Mientras me dormía
una voz me decía
hoy recorreremos el desierto
y ahí fue donde descubrí que el viento
desentierra y entierra
permitiendo que los cactus sean una gran belleza.
Y así seguimos nuestro viaje sin prisa
sintiendo una suave brisa costera
que mi cara acaricia.
Aparecimos en una playa
donde el viento me hizo conocer los rayos de sol
y el ir y venir de las olas
a mi calma ayudó,
abrí mis ojos, y este sueño terminó.
Macarena Nieto.
Comentarios
Publicar un comentario